domingo, 23 de abril de 2017

Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea Parte II


La difícil construcción de la identidad en línea

El etnógrafo busca ser aceptado en el grupo como uno más. Hay que tejer relaciones para crear lazos de confianza, amistad o complicidad. Y para hacerlo hay que crear un rostro virtual, un nick. Su elección nos puede servir para iniciar una conversación en un chat pues se le vincula con la personalidad del sujeto (los nicks más femeninos dan pie a aproximaciones amistosas más o menos sexualizadas).

En la investigación se obvian nicks reveladores de la investigación etnográfica. Pero aquí surge un dilema ético; lo correcto parecía plantear de inicio la investigación, pero se desconocía quiénes eran los interlocutores o como eran sus relaciones. Finalmente, la ‘confesión’ se pospuso a un momento posterior, de mayor confianza (se pararía la investigación si no se obtenía la aceptación).



Para la investigación, las etnógrafas utilizan preferencias personales propias y pronto se contagian del lenguaje y la dinámica de la comunidad virtual, lo que planteó tensiones entre la identidad personal y el roll investigador. Se superó pronto la consideración de newbies en el chat, adoptando y reconfigurando las identidades en línea y convirtiéndose pronto en miembros del grupo virtual.



Entrevista semiestructurada

Tras la adaptación inicial, en el periodo de observación participante se decide guionizar una entrevista a los participantes en el chat para ampliar información. El guion nace de las impresiones recogidas hasta ese momento, y tomando en consideración los objetivos principales de la investigación; las relaciones de género en espacios de chat. Se realizaron 39 entrevistas abiertas con una pregunta anzuelo y una serie de preguntas guionizadas, pero con libertad en su planteamiento. Existía contacto directo con la founder del chat y las preguntas se convirtieron en topic del canal



La textualidad

En la relación virtualizada, el carácter textual de la interacción es un elemento básico (aunque también existe comunicación no verbal, ésta no posee soporte físico). En su lugar, se utilizan formas distintas para incorporar señales del contexto socioemocional en el mismo lenguaje, como es el caso de los emoticones. En un chat debemos refinar los recursos a utilizar, considerando que no siempre nos sirven los de la vida real.

En los chats se realiza un uso económico del lenguaje, abreviaturas y otras estrategias creativas, además de interrupción y no respeto por el turno de palabra en la interlocución. El lenguaje se vuelve críptico y novedoso para newbies. Algunos lo llaman nuevo lenguaje electrónico, otros empeoramiento del lenguaje.

El ritmo de la conversación

El chat posee un ritmo de la conversación diferente al real. En el diálogo basado en el esquema pregunta-respuesta, la parte investigadora pregunta pero el interlocutor no siempre responde inmediatamente. Se suele producir un paso de tiempo en el que no se sabe si ha tenido lugar la recepción, si ésta ha sido entendida o no quieren contestar. En esta ‘incertidumbre’ se utilizan elementos como puntos suspensivos para llamar la atención sobre su vida virtual o física (saludos, despedidas, pausas, citas para momentos posteriores,…). En estas pausas, que se rellenaban completando el libro de campo, afloraba cierto grado de impaciencia en las investigadoras.



Las respuestas son breves, cortas (seis palabras de media) y con un lenguaje encriptado y/o gráfico. Las personas con las que se habían entablado mayores relaciones de confianza, con rasgos de liderazgo, muestran respuestas más cortas ante preguntas directas que el resto de interlocutores. Los otros se hacen más participativos. Conclusión; el entrevistado/a no siempre asume el proceso autorreflexivo o la capacidad de metacomunicar sobre el propio estilo de comunicación. La comunicación sincronizada que se creía positiva al hacer posible la valoración y el replanteamiento de preguntas, y la posibilidad de actualizar el cuestionamiento en la interlocución, no siempre supone la posibilidad de éxito.


Ardévol, E., Bertrán, M., Callén, B y Pérez, C. (2003) Etnografía virtualizada: la observación participante y la entrevista semiestructurada en línea. Athenea Digital, núm. 3: 72-92 (primavera 2003). Universitat Oberta de Catalunya. 

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